Lisboa está de moda o, como se dice ahora, Lisboa esta on fire. Es una ciudad bella, dinámica, llena de vida y encanto, también en lo gastronómico, sector que ha contribuido, y mucho, a este auge del que goza. Bacalao, sardinas, queixos, dulces y cafés conforman el paladar de los portugueses que viven o visitan la capital. Hay restaurantes elegantes y de mucho nivel, pero también sabrosísimas casas de comidas, locales de siempre rendidos a una gustosa cocina tradicional, o contemporáneas propuestas de alta cocina.
Aquí podemos encontrar tabernas modernas para probar sus petiscos y también menús rendidos a las propuestas más personales de reconocidos cocineros españoles. Hay de todo, para todos los gustos y bolsillos. Pero hoy os vamos a proponer un recorrido por la ciudad a orillas del Tajo centrada exclusivamente en diez de los mejores restaurantes lisboetas, todos ellos consagrados. Que aproveite!
Alma
No es sólo el restaurante más conocido de Portugal, sino también uno de los mejores de Europa. Su artífice, Hernique Sá Pessoa, ha logrado situar la cocina portuguesa en el mapa gastronómico mundial. A partir de Alma, el primero y más icónico de sus restaurantes, con los años ha levantado un pequeño emporio gastronómico vertebrado en diferentes conceptos y líneas de negocio (Cais da Pedra, Mercado da Ribeira, Tapisco, el Atelier, Balcão en el Gourmet Experience de El Corte Inglés de Lisboa). Alma consiguió dos estrellas Michelin en 2018. Cocina de autor en estado puro, de indudable gusto, técnica y con un toque de sofisticación, que parte del alma lusa tradicional y se enriquece con las experiencias culinarias viajeras de su chef, en especial asiáticas.
Rúa Anchieta, 15. Chiado. Precio: 360-400 euros
Belcanto
Dos estrellas Michelin y 46º en la lista 50 Best Restaurant, José Avillez es el otro gran nombre de la cocina contemporánea portuguesa. “La cocina es nuestro fado, nuestra forma de expresión”, dice el chef luso, que retomando las tradiciones e identidad de su país construye menús creativos basados en la excepcionalidad de la materia prima, siempre desde su estado más natural, bocados que apelan a la emoción. Su meteórica carrera le ha llevado a abrir doce restaurantes desde 2011, negocios hosteleros muy distintos, entre ellos el recomendable Cantinho do Avilez (también en Lisboa), versión informal de Belcanto. Su menú de los Clásicos permite un acercamiento a las propuestas más emblemáticas del restaurante como el huerto de la gallina de los huevos de oro, o el más reciente altramuz, ajo blanco y jurel, mientras que el Evolución ilustra el trabajo desarrollado a lo largo de los años.
Rua Serpa Pinto, 10 A. Precio: 195-300 euros
Grupo Jose Avillez
100 Maneiras
Este restaurante del Barrio Alto es uno de los más interesantes de la escena gastronómica lisboeta. Su mediático chef, el yugoslavo Ljubomir Stanisic, recibe con un “bienvenido a Bosnia”. Sus raíces están ahí, también en alguno de los platos que conforman sus tres menús degustación en los que todo está pensado, desde la vajilla —gran parte de ella creada por el propio Ljubomir— a la música que suena de fondo, la luz o las plantas. Y por supuesto la cocina, una cocina de autor y producto sumamente creativa acreditada con una estrella Michelin, en un espacio cosmopolita que le llevó cuatro años diseñar. El resultado merece la pena. En el mismo barrio el cocinero tiene un bistrot, también denominado 100 Maneiras, con una cocina más informal.
Rua do Teixeira, 39. Bairro Alto. Precio: 130-200 euros
100 Maneiras
Kabuki Lisboa
Se ha incorporado este año al universo Michelin desde la privilegiada atalaya que supone ubicarse en las célebres galerías Ritz —dentro del hotel Four Seasons Ritz Lisboa—. Es también la primera sucursal internacional del grupo de restauración español Kabuki (del que se escindió en 2021 uno de sus socios, el célebre cocinero Ricardos Sanz) que ha mantenido su esencia y filosofía aún en territorio luso. De ello se encarga el chef portugués Paulo Alves que une técnica japonesa con producto portugués, haciendo buena esa fusión entre el mar y lo nipón, tan presente a lo largo de los dos menús degustación que sirven. Un amplio espacio rabiosamente contemporáneo para degustar platos brillantes, creativos, que los vecinos portugueses han sabido valorar como se merecen.
Rua Castilho, 77 B. Precio: 100-150 euros
Kabuki
Eleven
Madera, piedra, enormes ventanales que miran a Lisboa y el Tajo son el escenario que el chef alemán, Joachim Koerper, diseñó hace 17 años para su moderno y minimalista restaurante. El cocinero es un abanderado de la cocina y los ingredientes mediterráneos, y lo demuestra en su gastronomía, reflejo de sus largos 50 años de profesión. En este tiempo ha adquirido múltiples influencias, que refleja en sus platos, trufados de guiños alemanes, suizos, italianos y por supuesto españoles —no en balde durante 15 años tuvo el restaurante Girasol en Moraira, Alicante—. Portugal y su gastronomía se han sumado también a este recorrido culinario y vital, que proyecta en sus diferentes menús (de temporada, vegano, dedicado a la langosta…) Y en ellos propuestas como el beef —tea, un consomé de atún y wagyu A5—, el bacalao fresco con patata ahumada o su versión del pastel de nata con bica de café, avaladas por una estrella Michelin.
Rua Marquês Fronteira, Jardim Amália Rodrigues. Precio: 70-120 euros
CURA
Calamar, bergamota, mantequilla de algas marinas asadas y caviar ossetra. Pimientos, té, corazón de lechuga, polen, girasol, cerdo curado, melón y shiso son dos de las creaciones del cocinero Pedro Pena en el elegante CURA, ubicado en el lujoso Four Seasons lisboeta. El hecho de estar aquí no es óbice para que el chef se abastezca con el mejor cerdo ibérico del Alentejo, las más frescas verduras de la huerta o los frutos de mar que tanto gustan a los portugueses. Y con estos productos componer su menú, siempre innovador, muy personal, pergeñado a base de pocos ingredientes, pero con armonías culinarias cuidadas al máximo. Lo recompensa la estrella Michelin que luce en la reputada guía roja.
Rua Rodrigo de Fonseca, 88. Precio: 145-200 euros
CURA
Loco
Nada tiene que ver con su traducción al español. Porque en portugués Loco significa en el lugar, y para el chef Alexandre Silva ese lugar es la cocina. Con ella ha logrado una estrella Michelin, después de hacerse famoso gracias a resultar ganador del concurso Top Chef en el país vecino (2012). Visitar esta casa supone adentrarse en una experiencia global (la sala tiene una enorme importancia) donde Portugal inspira todos y cada uno de los platos, como también lo hace el producto de estricta temporada. Cocina de autor que desafía las reglas establecidas a base de creatividad, con combinaciones atrevidas reflejadas en dos únicos menús (Loco y Experiencias), y que se apoya también en una reseñable carta de vinos, formada exclusivamente por referencias portuguesas.
Rua Navegantes, 53-B. Precio: 150-220 euros
Eneko Lisboa
El cocinero español Eneko Atxa, con tres estrellas Michelin por su restaurante Azurmendi, en Larrabetzu (Vizcaya), hace tiempo que emprendió su expansión internacional, en Londres (ya cerrado) o Tokio. También en Lisboa, ubicación en la que ha conseguido ya su primera estrella para la guía francesa. Con un aire moderno e industrial, el espacio ocupa el antiguo Alcântara Café, y está dividido en dos propuestas culinarias. La primera de ellas es el Basque con un menú informal basado en la gastronomía vasca y diferentes opciones para picar y compartir platos, cazuelas, guisos y asados. La otra es este Eneko donde, según el propio chef, “experimentar la esencia, intensidad y el sabor único de la cocina vasca con toques tradicionales e innovadores”. Platos como el erizo en texturas, la tarta de bacalao y zurrukutuna o la huerta helada aparecen en alguno de sus dos menús degustación, Erroak (raíces, platos emblemáticos del chef) y Adarrak (ramas, con las últimas creaciones).
Rua Maria Luisa Holstein, 13. Precio: 144-190 euros
Eneko Lisboa
Feitoria
Producto y productores están en el foco culinario del chef luso André Cruz, que ha pasado por diversas etapas en este restaurante. Su relación con él comenzó en 2009, con sólo 21 años, aunque dejó Feitoria para tomarse un año sabático, viajando por Sudamérica e imbuirse de su cultura gastronómica. Ya en Portugal, vuelve a su antigua casa como subchef, reclamado por su propietario João Rodrigues. André aporta su pasión por la naturaleza y el producto sostenible, de proximidad, incluyendo la apicultura (de hecho tiene, además de la huerta, 27 colmenas en activo). Todo ello se refleja en una cocina de autor que materializa en el menú Semillas (en seis y ocho pases) servidos también en dos versiones vegetarianas. Y en ellos platos como huerta y langosta atlántica, o guiso de mar. Luce una estrella Michelin.
Altis Belém Hotel & Spa. Doca do Bom Sucesso. Precio: 110-150 euros
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