La cerveza nos acompaña en muchos momentos. A pesar del gozo que proporciona, la sombra de la barriga cervecera, por no hablar la que provoca el alcohol sobre nuestra salud, siempre está ahí. Por esta razón, nuevos productos surgen para invitarnos a seguir disfrutando de sus mieles, reduciendo al máximo sus perjuicios. O eso prometen. Lo cierto es que no queda del todo claro cuál es la diferencia. ¿O sí? Hoy repasamos qué tienen de diferente.
La cerveza es cerveza y punto. A menos que nos topemos con las “nuevas” 0,0, las cervezas sin o, incluso, las cervezas light. ¿Qué son estas últimas y qué diferencias tienen con la tradicional y las novedosas 0.0?
Qué es la cerveza sin alcohol
Según el Real Decreto 678/2016, de 16 de diciembre, por el que se aprueba la norma de calidad de la cerveza y de las bebidas de malta en España, la cerveza sin alcohol es aquella “Cerveza cuya graduación alcohólica sea menor al 1 por 100 en volumen”. Nótese que el hecho de que lleve un “sin”, no quiere decir que realmente sea sin. Siempre habrá una cantidad mínima (de menos del 1%) de alcohol. Por otro lado, según el mismo RD, se considera cerveza de bajo contenido en alcohol aquella “Cerveza cuya graduación alcohólica esté comprendida entre el 1 y el 3 por 100 en volumen”.
La cerveza del alcohol no es tan nueva como podamos imaginar. En realidad, su origen, probablemente, se remonte a la “Ley Seca” que se vivió en Estados Unidos allá por el siglo pasado. Debido a la ilegalidad de esta sustancia, los americanos elaboraban “near beer”, una suerte de “casi cerveza” sin contenido alcohólico (más o menos), hecha así gracias a un tratamiento de evaporación.
El alcohol evapora a los 78 °C, en vez de a los 100 °C del agua. Esta premisa es la que se ha empleado en la destilación de los espirituosos y, también, en estas primeras cervezas sin alcohol, aunque con sentidos completamente opuestos (concentrar en el primero, eliminar en el segundo). Calentar la cerveza, sin embargo, no es el mejor método para conservar su calidad porque se pierden sabores y aromas.
Actualmente, se pueden utilizar tres métodos para eliminar el alcohol: la ósmosis inversa, que es cara y poco rentable; la rectificación continua en vacío; y la fermentación interrumpida. Sin entrar al detalle, el primero es un proceso meramente físico donde se separa el alcohol del resto. La rectificación en vacío aprovecha toda la tecnología destiladora moderna para separar el alcohol del resto del fermentado. En la fermentación interrumpida se controla a la levadura y se la detiene en el momento adecuado para evitar que convierta los azúcares del mosto en alcohol.
Qué es la cerveza 0,0%
La cerveza 0,0 es, por ley, una cerveza sin alcohol. Su denominación, 0,0, hace referencia a que su contenido en alcohol es menor de 0,05%, con lo que cumple de sobra la legislación. Curiosamente, no existe ninguna definición oficial legal sobre lo que se puede considerar una 0,0 y lo que no. Se denominan así por consenso dentro del sector (con alcohol igual o superior a 0,05 ya podríamos redondear al 0,1 y tener una “sin” convencional).
Las 0,0 son una consecuencia del estado del arte de la técnica de rectificación continua al vacío. Consiguen mucha precisión a la hora de eliminar esta parte de la bebida, respetando al máximo el resto de características.
Qué es la cerveza light
La cerveza light una cerveza con bajo contenido en alcohol, según el Real Decreto 678/2016, ya que su contenido está por debajo del 3% pero por encima del 1%. Tiene su origen, más bien, en el marketing. Al igual que las 0,0, tampoco están encuadradas en una denominación propia por la ley. Podemos considerarlas
Su principal aportación a la mesa es que reducen el contenido de kilocalorías que aportan: entre las 25 y 30 kcal por cada 100 mililitros. O eso afirman, porque, como veremos más adelante, encontraremos aún menos calorías en las cervezas sin que en las light. Por tanto, estas solo podemos considerarlas “light” en comparación con las cervezas normales.
Cuáles son las diferencias entre la cervezas sin alcohol, 0,0% y light
Aunque ya hemos visto que, por definición, son muy distintas, vamos a ahondar un poco más en las diferencias técnicas, a modo de resumen, entre las cervezas sin, 0,0 y las light. Estas son algunas de sus diferencias esenciales:
La cantidad de alcohol: las light, las más alcohólicas
Por supuesto, la gran diferencia es la cantidad de alcohol, y no solo a nivel de producto, sino también a nivel de legislación, como hemos visto antes. En un solo vistazo, y siempre según el Real Decreto 678/2016, de 16 de diciembre, por el que se aprueba la norma de calidad de la cerveza y de las bebidas de malta, con matices del consenso de la industria:
Cervezas bajas en alcohol (<3% de volumen de alcohol)
Cervezas Light
Cervezas sin alcohol (<1% de volumen de alcohol)
Cervezas con <0,05%: 0,0
Cervezas con >0,04%: sin
Proceso de elaboración: destilación o fermentación
La base de esta diferencia está en su proceso de elaboración:
Las cervezas sin alcohol se elaboran normalmente mediante destilación continua en vacío.
Las cervezas light, sin embargo, se obtienen de forma general mediante el proceso de control de la fermentación. A esto se le suelen añadir otros tratamientos para que el peso seco muestre unos valores bajos en cuanto sus kcal.
Calorías y nutrientes: las sin, más ligeras
La cerveza, como ya comentamos hace un tiempo, tiene buenas propiedades nutricionales (ojo, que no es lo mismo que saludables). Entre ellas contiene una buena cantidad de ácido fólico, proteínas y diversos minerales y micronutrientes. ¿Y qué hay del aporte calórico?
Una cerveza comercial contiene unas 45 kcal por cada 100 ml (es algo mayor en el caso de las cervezas artesanales).
Una cerveza light contiene entre 25 y 30 kcal por cada 100 ml.
Una cerveza sin alcohol contiene entre las 10 y las 20 kcal por cada 100 ml.
¿Es menor el aporte calórico de una sin que de una cerveza light? Sí. Esto se debe, principalmente, a la cantidad de alcohol de la bebida, básicamente. Y es que, en realidad, la cerveza no contiene otras sustancias calóricas. La principal fuente de su carga calórica se encuentra casi exclusivamente en el alcohol, a pesar de la denominación o el marketing que se le pueda atribuir.