La Viña
La tarta de queso de La Viña se ha convertido en la versión más popular desde que varios medios se fijaran en ella y el New York Times la seleccionara en 2021 como sabor del año en tendencias gastronómicas, y quizás haya sido la gran responsable del boom de la cheesecake que estamos viviendo. Elaborada en el bar-restaurante La Viña, situado en el casco viejo de la ciudad de San Sebastián, lugar ya convertido en lugar de peregrinaje, es considerada por críticos, gourmets y apasionados de este postre como una de las mejores tartas de queso de España y su demanda no deja de crecer. La obsesión del público tanto nacional como internacional por probar la tarta es tal que sus responsables, incapaces de satisfacer la demanda con las alrededor de 100 tartas que elaboran a diario, han optado por expandir el negocio.
Ha sido Santiago Rivera, el propietario y cocinero del restaurante, quien ha anunciado que abrirán un nuevo obrador llamado Basque Cheesecake en el número 32 de la calle Aldamar de San Sebastián específicamente dedicado a la producción y venta de la tarta de La Viña. Inicialmente solo funcionará como horno obrador que dará servicio al restaurante, que será el que continúe funcionando como punto de venta en su servicio diario de comidas y cenas y a través del servicio de recogida disponible en el mismo local previo encargo.
La receta original es una tarta de queso al horno elaborada con 1 kg de queso crema suave, 7 huevos, un poco de harina, 400 g de azúcar y medio litro de nata, que luego se pone en un molde, se mete al horno durante 40 minutos a 210 ºC y se deja enfriar unas horas. Presenta un exterior tostado y un interior de queso suave fundente y cremoso. Rivera ha compartido la receta con anterioridad públicamente para que todos puedan hacerla en casa y de hecho nosotros mismos lo hemos hecho adaptando las cantidades, la receta de la tarta de queso de La Viña es muy fácil de hacer, aunque nada como visitar el lugar original donde fue concebida y terminar una comida o cena con este postre.
La previsión es que este nuevo obrador de unos 150 metros cuadrados esté operativo dentro de un año aproximadamente, lo que servirá para separar la producción de tartas de queso del restaurante y tratar de devolver un poco del protagonismo perdido al resto de la cocina vasca tradicional que siempre han ofrecido, un tanto eclipsada ante el éxito del postre. Hasta entonces, habrá que seguir lidiando con la desorbitada demanda y su limitada capacidad de producción.