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No todo van a ser esferificaciones, ni recetas rocambolescas diseñadas meticulosamente  por cocineros mediáticos, ni interminables menús degustación.

Hay veces en que el cuerpo nos pide platos contundentes, sabrosos, abundantes, populares y a su vez sencillos, que entren por los ojos y nos dejen saciados y contentos. Recetas conocidas y – qué demonios–, también excesivas, que nos permitan saltarnos la dieta por un día y disfrutar de un gran momento en buena compañía ante un gran plato (también en el sentido literal).

Para eso están las milanesas de Chalito, capaces de demostrar al mundo que hay que ser muy sieso para decir no a una buena milanesa con un rebozado perfecto, que llega a la mesa tuneada con los más diversos ingredientes y con unas patatas la mar de buenas. Chalito tiene establecimientos en Castelldefels y Barcelona (Rambla Catalunya, Maquinista y Via Augusta) y tiene previstas nuevas aperturas a lo largo del año, así como el desembarco en Madrid a principios de 2024.

Chalito es el proyecto de un grupo de amigos (propietarios ya del Grupo Tibu-ron, en Castelldefels) que se propusieron reivindicar la milanesa uruguaya bien hecha. Para ello decidieron poner toda la carne en el asador y fueron en busca de un accionista de lujo: el ex jugador del FC Barcelona Luis Suárez, firme defensor de esas milanesas crunchy, finas y sabrosas, que destacan por su rebozado homogéneo, nada aceitosas ni pesadas. Esto significa, entre otras cosas, que es mucho más fácil de lo que a priori parece meterse entre pecho y espalda las abundantes raciones que sirven en Chalito aunque en un principio creamos que no, ya que no son pesadas ni indigestas e incluso nos permitirán dejar sitio para el postre (que sea su pastel de varias capas de dulce de leche).

Chalito nació con la voluntad de consagrar todo el talento de su equipo al arte de la milanesa. La que se elabora con las mejores carnes de ternera (aunque también las hay de pollo, de lomo de cerdo y una vegana de berenjena), con un rebozado muy fino a base de pan rallado y una fritura perfecta.

La fritura es, en realidad, la clave de un producto que nació con la voluntad de convertirse en el mejor de Barcelona en su especie: se realiza a una temperatura perfecta y el tiempo preciso, lo que da lugar a un sellado compacto, que hace que las carnes queden bien tiernas y el rebozado aporte un toque crujiente.

A partir de aquí, los puristas de la milanesa podrán pedir la clásica y aquellos que hayan ido a Chalito a jugar podrán elegir entre un sinfín de posibilidades a cual más foodporn, a cual más popular y a cual más irresistible. Por ejemplo, la 5 quesos, con mozzarella, edam, roquefort, provolone y parmesano, la Deluxe, con cebolla caramelizada, bacon y huevo, o la mallorquina, con sobrasada, queso Mahón, miel y mozzarella.

Son solo algunos de los ejemplos de cómo Chalito parte de la milanesa clásica y la tunea para convertirla en un plato de esos que a muchos les pide el cuerpo con frecuencia y a otros solo de vez en cuando. Sea cual sea el caso, nos encontramos en un establecimiento felizmente alejado de esnobismos, donde se va a disfrutar, a comer mucho y bien y a probar también otros platos como las empanadas (deliciosas) o algunos entrantes como los tequeños o los rollitos.

¿Que no nos apetece milanesa? Hay pizzas, carnes, bowls, hamburguesas y una serie de platos para complementar la experiencia milanesa.

Ahora también han estrenado food-truck, de manera que la milanesa va a estar presente en numerosos festivales y eventos a partir de ahora. El primero de ellos, este domingo 23 en el Sant Jordi Musical de la Antiga Fàbrica Damm.

 

La entrada Chalito, el paraíso de la milanesa está en Barcelona y Castelldefels aparece primero en Gastronomistas.