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Así lo aseguran desde Asemac, la Asociación española de la Industria de Panadería, Bollería y Pastelería que reúne al 80 % de las empresas y cerca del 90 % de las ventas del sector de masas congeladas, añadiendo que “estos resultados nos permiten poner de manifiesto el compromiso de nuestro sector con la mejora de la composición de panes especiales, bollos y pasteles”, fruto del esfuerzo de reformulación en base a innovación e inversión en I+D+i realizado en los últimos años, aunque “lo que es más importante, el consumidor no ha notado ningún cambio sustancial en el sabor ni en la textura”.

Panadería, bollería y pastelería cada vez más saludables

En este sentido, los resultados concretos obtenidos desde la firma del Plan de Colaboración para la Mejora de la Composición de los Alimentos y Bebidas y Otras Medidas son:

En la categoría de bollería y pastelería se ha logrado una reducción del 5 % del contenido mediano de azúcares totales en pastelito relleno con cobertura, pastelito relleno sin cobertura, bollo relleno sin cobertura, bollo sin relleno, rosquillas sin cobertura, rosquillas con cobertura, croissants y magdalenas, así como una reducción del 5 % del contenido mediano de grasa saturada en rosquillas sin cobertura, rosquillas con cobertura y bollo con pepitas de chocolate. En algunas el porcentaje de reducción ha sido mayor que el acordado, especialmente bollo sin relleno (29 %), rosquillas sin cobertura (25 %) y rosquillas con cobertura (20 %).
Estas mejoras se suman a las también alcanzadas en la categoría de panes especiales en lo que se refiere a azúcares añadidos. En ese sentido, hay que destacar al de la panadería como un sector que viene ajustando la composición de sus productos a perfiles más saludables desde el punto de vista nutricional. Así, en el año 2004 ASEMAC, junto con otras organizaciones del sector, acordaron en el marco de la Estrategia NAOS, con el Ministerio de Sanidad, una reducción en el porcentaje de sal utilizado en la elaboración de pan, disminuyendo a razón de un gramo cada año. Más recientemente, el 1 de abril de 2022, entró en vigor la medida específica sobre el contenido de sal dentro de la norma de calidad del pan, estableciendo un límite de 1,66 g de sal por 100 g de pan (16,6 g de sal por kilogramo de pan o el correspondiente 0,66 g de sodio por 100 g de pan) mediante determinación de sodio total.

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