Las torrijas son uno de los postres más tradicionales de nuestra gastronomía, un clásico de Semana Santa que podemos disfrutar en cualquier momento del año que nunca pasa de moda. Es una de esas recetas caseras que nuestras abuelas y madres han preparado siempre y que también los cocineros más famosos han querido reinterpretar. Es el caso de Karlos Arguiñano, uno de los chefs más conocidos por el público y el creador de esta versión alternativa de las torrijas hecha con una técnica secreta que asegura un resultado espectacular, caramelizado y crujiente sin rebozado.
La receta tradicional de las torrijas usa rebanadas de pan duro mojadas en vino o leche que después se rebozan en huevo y reciben un baño de agua y miel. Sin embargo, la receta de Arguiñano es ligeramente distinta, aplicando una técnica con la que tú también conseguirás una torrija más ligera pero igual o más irresistible. ¿Cuáles son sus trucos y cómo lo hace?
Cómo hacer las torrijas de Karlos Arguiñano: ingredientes y trucos
Te damos algunas claves antes de meternos con la receta paso a paso: en primer lugar, el pan es fundamental. El cocinero vasco utiliza rebanadas gruesas de pan de molde, pero no de pan de molde de supermercado, sino de pan de molde artesanal. Las rebanadas de pan de molde comercial son demasiado finas. Lo mejor que puedes hacer es comprar un pan de molde artesanal o incluso hacerlo tú mismo con nuestra receta de pan de molde. También podrías usar pan brioche u otro pan que tenga una miga abundante y consistente. Eso sí, haz cortes gruesos de manera que se empapen bien en leche y mantengan la consistencia. Además del pan, necesitarás azúcar, leche entera, leche condensada, una ramita de canela y ralladura de naranja y limón.
Atresmedia
¿Dónde está el truco? Pues precisamente por un lado en infusionar la leche donde mojaremos las rebanadas de pan con la canela y la ralladura de naranja y limón, y por otro en que uses un soplete. Como decíamos, estas son unas torrijas sin rebozado. ¿Cómo es posible? Caramelizándolas con un soplete. De esta forma conseguirás un resultado realmente perfecto logrando que mantengan un interior jugoso gracias al baño de leche.
Si no tienes soplete, puedes espolvorear las torrijas con azúcar por todos sus lados y pasarlas por una sartén antiadherente bien caliente hasta que se hayan caramelizado.
Una bola de helado final completa esta maravilla repostera, aunque si quieres una versión más ligera, puedes quitar la leche condensada de la receta y obviar la bola de helado final. ¿Te atreves a hacer la receta de las torrijas caramelizadas de Arguiñano con nosotros?
Torrijas caramelizadas de Karlos Arguiñano
Ingredientes
2 rebanadas gruesas de pan de molde artesanal
500 ml de leche
2 cucharadas de leche condensada
1 ramita de canela
La piel de una naranja
La piel de un limón
4 cucharadas de azúcar
4 bolas de helado
Paso a paso
Pon la leche en una cazuela a fuego medio junto con la leche condensada, añade la canela y tres trozos de piel de naranja y 3 de piel de limón (también puedes añadir otros sabores como vainilla o anís). Cocina a fuego a medio hasta que hierva y retira del fuego. Cuela la leche infusionada y pásala al cuenco por el que pasaremos las rebanadas de pan y deja reposar.
Corta las rebanadas de pan en dos con ayuda de un buen cuchillo de sierra y empápalas en la leche infusionada. Una vez empapadas usa una espumadera como Arguiñano para retirarlas hasta una fuente o plato sin romperlas.
Espolvorea las torrijas con azúcar una a una y a continuación usa el soplete para caramelizarlas. Acerca el fuego hasta que el azúcar se tueste. Si no tienes soplete, caliente una sartén antiadherente y pasa cada uno de los lados de la torrija por la sartén a fuego vivo durante un par de minutos.
Sirve cada torrija junto con una bola de helado. Es habitual usar helado de vainilla pero puedes usar el sabor que más te guste o incluso no servir helado y reducir todavía más las calorías de la receta.