“El comercio justo es una farsa”, zanja Santiago Peralta, cofundador de Pacari, la compañía ecuatoriana productora de chocolates de máxima calidad, 100% orgánicos y procedentes del comercio directo.
Hoy en día es una de las más prestigiosas a nivel mundial y no solo por su calidad, sino también por la garantía de su carácter respetuoso a la hora de su producción, tanto con el planeta como con la comunidad de agricultores en el origen.
No tiene miramientos a la hora de asegurar que “lo que solemos vender como comercio justo se establece por una serie de criterios que se contornean por otro lado, haciéndola falsa: la industria explota y esclaviza a la naturaleza y las personas solo con el objetivo de ganar más.
Nos dudamos en matar de hambre a quienes nos dan de comer”.
Es por eso que una de las primeras normas que sigue su compañía Pacari, creada hace cerca de dos décadas, es pagar a las 3.500 familias de agricultores que trabajan en sus campos de cacao un precio justo y, además, estable.
Precisamente, incide en la palabra estable. “Muchas marcas pagan a los agricultores de forma fluctuante, según las variaciones del precio del cacao en el mercado. Así no se puede vivir, porque las personas no tienen garantía ni pueden hacer previsiones a futuro.
De hecho, es un pez que se muerde la cola… en muchos países de Suramérica, la gente migra a Europa porque allí hay estabilidad. Entonces perdemos sus conocimientos y su trabajo.
El talento se va, y el país se empobrece”, explica Santiago, algo así como el justiciero del chocolate.
Mediante su compañía, que comparte con su esposa, Carla Barbotó, también ha conseguido empoderar a su comunidad de trabajadores haciéndoles partícipes de su valor y éxito.
“Esta gente llevaba generaciones y generaciones cosechando cacao, que ponían en un camión y veían marchar.
No sabían ni para qué servía.
Les hemos hecho conocer el chocolate, su valor y fama, y les hemos entregado todos los galardones que ha recibido nuestro producto, reconocido como el mejor chocolate del mundo en una larga lista de certámenes internacionales desde sus inicios.
Se sienten responsable de ello, de su calidad”, explica.
No sabían ni para qué servía.
Les hemos hecho conocer el chocolate, su valor y fama, y les hemos entregado todos los galardones que ha recibido nuestro producto, reconocido como el mejor chocolate del mundo en una larga lista de certámenes internacionales desde sus inicios.
Se sienten responsable de ello, de su calidad”, explica.
Cuando ves que lo que haces es reconocido en Londres, que tu familia que vive en Europa te llama para decirte que ha visto en la tienda el chocolate que produces y consigues mejor calidad de vida, sientes orgullo, trabajas mejor y a gusto, y no te quieres ir.
Soluciona todos los problemas”, afirma el emprendedor de Ecuador, donde se cosecha el 80 % del cacao orgánico empleado en la producción de las cerca de 4 millones de barras anuales de Pacari, que llegan a más de 40 países del mundo.
Soluciona todos los problemas”, afirma el emprendedor de Ecuador, donde se cosecha el 80 % del cacao orgánico empleado en la producción de las cerca de 4 millones de barras anuales de Pacari, que llegan a más de 40 países del mundo.
Peralta afirma que sigue queriendo crecer para tener a más gente en una situación de estabilidad económica y reducir la pobreza, y que este cambio de modelo de negocio suponga también un cambio social para el futuro, inspirando a otros a ponerlo en práctica.
“Hacer las cosas bien, claro que es posible. Simplemente hay que focalizarse en que hacer negocio tiene que significar que lo sea para todos los que participan en ello, no solo los cuatro de arriba”, asegura. Dicho así parece muy simple, pero en un mundo en el que impera la desigualdad esta afirmación sorprende para bien. Tanto es así que el modelo de éxito de la compañía Pacari, reconocida a nivel mundial por priorizar el bienestar económico, social y ambiental en cadena de valor frente a los resultados, se estudia en prestigiosos centros de negocios y universitarios como Harvard.
Más allá de su éxito empresarial, y de la filosofía de la marca, también cabe subrayar la maravillosa calidad del producto y de sus características organolépticas.
Una línea de chocolate con unos 55 sabores y variedades, cada una con una historia detrás. “En Pacari no es como en la industria, que coges el teléfono, llamas y encargas el sabor que quieres.
Por cada nueva referencia, hay unos tres años de recorrido y de trabajo. ¡Al final me faltan décadas de vida para hacerlo todo!”, bromea el empresario, que recalca: “Podríamos hacer las cosas de otra forma, para ser ricos, pero seríamos pobres en el alma”.
Por cada nueva referencia, hay unos tres años de recorrido y de trabajo. ¡Al final me faltan décadas de vida para hacerlo todo!”, bromea el empresario, que recalca: “Podríamos hacer las cosas de otra forma, para ser ricos, pero seríamos pobres en el alma”.
Además, Pacari (que en quichua, el idioma indígena de Ecuador, significa naturaleza) ha sido primera de la clase en muchos ámbitos: todo es orgánico, sin aceite de palma y vegano. Además, es la única empresa que trabaja con caco biodinámico, mínimamente procesado y es la primera barra kosher. A todos los niveles, es un chocolate revolucionario.
“Nuestro chocolate es complejo, lo más cercano al sabor del haba de cacao en su origen, no es una materia prima quemada como en las demás marcas, ni que requiere aditivos varios para enmascarar su sabor real. De aquí nuestro lema del árbol a la barra. Es tal cual. Controlamos mucho el haba del cacao, cuándo cortarla y todo el proceso para que sea excelente, que sepa a árbol, a tierra, a su origen. Eso es como el buen vino, necesita buenas cepas, buenas condiciones, un buen viticultor…”.
Se puede decir que este es un chocolate de verdad, sin toda la coyuntura de intermediarios, aditivos y procesados a los que se acostumbra a someter el chocolate en la industria.
Tan bueno que numerosos chefs de renombre como Paco Pérez y Martín Berasategui ya lo tiene en su cocina.
Por otro lado, no hay que olvidar las virtudes saludables de un buen chocolate como este, rico en polifenoles, moléculas antioxidantes que se encuentran en productos vegetales tan saludables como el aceite de oliva, por ejemplo.
La mejor excusa para consumirlo.
Por otro lado, no hay que olvidar las virtudes saludables de un buen chocolate como este, rico en polifenoles, moléculas antioxidantes que se encuentran en productos vegetales tan saludables como el aceite de oliva, por ejemplo.
La mejor excusa para consumirlo.
“Es evidente que es más caro que las barras industriales. Todos los factores de calidad y de normas justas y equitativas a nivel socioeconómico influyen en el precio de la barra (cuyo precio ronda los 3 euros por una barra de 50 gramos).
Pero si cuando compras entiendes que este es un precio justo para toda la comunidad que produce, y que se compromete a servir un producto de la mejor calidad, entonces lo pagas sin duda”.
Por eso, ahora se dedican intensamente a impartir catas de chocolate transmitiendo su historia de más de 1.500 años en Ecuador, y sus valores saludables y organolépticos.
Es importante probar para educar y comprender. Y educar con chocolate nos parece un planazo.
Es importante probar para educar y comprender. Y educar con chocolate nos parece un planazo.
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