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Son algunas de las conclusiones del informe Sociedad y decisión alimentaria en España, que realizado por el Instituto Universitario CEU Alimentación y Sociedad y Fundación MAPFRE, que pone de manifiesto que la pandemia, el teletrabajo y la crisis económica han influido a los españoles en varios aspectos que tienen que ver con lo que comen, cómo lo hacen y con quién, y que actualmente, la peor situación la sufren los hogares con mayor número de miembros y los que tienen menores ingresos.

Hábitos alimenticios y situación socioeconómica

Y los principales resultados de este estudio, llevado a cabo a partir de encuesta con muestra representativa realizada a cerca de 2.000 personas mayores de edad, son:

Menos ingresos, peor alimentación. El informe recoge que la pandemia no ha afectado económicamente de la misma forma a los españoles:

La mitad (51,7 %) reconoce que “no ha variado” su situación económica tras la pandemia, el 35,5 % asegura que “sí ha empeorado”, y el 12,9 % que afirma que “ha mejorado”.
Cuanto menor es el nivel de ingresos, la dieta es de peor calidad, la frecuencia con la que se adquieren productos de menor precio es mayor y disminuye el consumo de alimentos frescos (frutas, verduras y hortalizas), así como carne y pescado.
El porcentaje de personas que han disminuido el consumo de alimentos frescos (53.9 %) es notablemente mayor en los hogares con mayor número de miembros, que son en los que por lo general conviven menores y ancianos, los grupos más vulnerables desde el punto de vista nutricional.

En compañía del teléfono móvil o la televisión. Respecto a los hábitos relacionados con la comida:

Los españoles (9 de cada 10) realizan las tres comidas principales y, con respecto a hace cinco años, dedican más tiempo a todas ellas: una media de 17 minutos a desayunar (el 26 % de pie), 37 al almuerzo y 30 minutos a la cena.
A pesar de que entre el 64 % y el 86 % (dependiendo de si es de lunes a viernes o fin de semana/festivo) declara comer y cenar en compañía de familiares o amigos, destaca la alta proporción de personas que comen (39,7 %) y cenan (38,4 %) en el hogar viendo la televisión u otro tipo de pantallas, superando al número de personas que comen sentados, conversando y los que prestan atención a la comida.
Los mayores de 65 años son los que con mayor frecuencia comen sentados y prestan atención a la comida, los jóvenes de 18 a 30 años los que habitualmente comen de pie, y los que tienen entre 31 y 64 años los que con mayor regularidad se sientan a la mesa y aprovechan para conversar, una tendencia que ha descendido notablemente en los últimos años.

Con mejor precio y saludable. En cuanto al momento de hacer la compra:

La mayoría se fija principalmente en la fecha de caducidad del producto, seguido del precio y si es saludable —bajo contenido en azúcares, grasas saturadas y ultraprocesados— y otros factores como marca comercial, que el producto tenga valor añadido, es decir, con vitaminas y calcio, entre otros, y que no tenga alérgenos.
Ha disminuido la compra en el mercado tradicional y las tiendas de barrio y se ha incrementado en los hipermercados, para productos no perecederos, y supermercados para productos frescos.
Han aumentado de forma significativa las personas que compran distintos alimentos (13 % en 2015 y 28,4 % en 2022) y en distintos lugares (15,4 % en 2015 y 26,2 % en 2022) en función de si es a principio o final del mes.

Comer en casa o fuera de casa. La mayoría de la población adulta come “alguna vez” fuera de casa, ya sea los días de diario o los fines de semana:

Tres de cada cuatro lo hace “alguna vez” fuera de casa los días de diario y cerca de nueve de cada diez, los fines de semana.
Entre las razones para salir a comer a diario destaca la falta de tiempo para hacerlo en casa, y en el que caso de salir a comer o cenar los fines de semana, los motivos principales son: ocio (60 %), relaciones sociales (41 %) y comodidad (38 %).

Con buena nota en la cocina. La mayoría de la población cocina y 9 de cada 10 personas tienen ahora esta responsabilidad, ya sea de forma exclusiva o compartida:

En un 73 % de los casos son ellas quienes se encargan por completo de la elaboración de la comida en el hogar, frente a un 36 % de casos en que lo hacen ellos.
La media de tiempo dedicado a cocinar es de 7,22 horas semanales y los métodos empleados más comunes son la plancha, la cocción y el horno.
Los españoles se puntúan con una nota media cercana al notable (6,91) en cuanto a su capacidad para cocinar y ellas creen tener mayor capacidad. Destaca, además, que ha disminuido el gusto por cocinar, excepto entre la población masculina y en el grupo entre 18 y 30 años.
Con relación a los criterios que se tienen en cuenta a la hora de cocinar, se priorizan los gustos de las personas con las que se convive y la salud (cada vez más).

Teletrabajo: menos precocinados y alcohol. El teletrabajo representa una parte importante de la jornada y no ha modificado sustancialmente los ritmos alimentarios de la población española.

Lo realiza de forma regular el 45,6 % de los encuestados (el 27,8 % comenzó a partir de pandemia), principalmente los jóvenes entre 18 y 30 años (54,8 %), con mayores niveles de renta y residentes en municipios grandes.
Quienes teletrabajan cocinan más, consumen más frutas, verduras y legumbres, y menos fritos, precocinados y bebidas alcohólicas, dedican un cuarto de hora más de tiempo a comer, y lo hacen en mayor medida frente a la televisión u otro tipo de pantalla (un 40 % más que antes), así como en compañía de la familia (un 49 % más que antes).

Sostenibilidad: evitar tirar comida. La sostenibilidad vinculada a la alimentación tiene una importancia media entre los españoles (6,2 sobre 10):

Solo un 44,7 % considera que su dieta es sostenible y su disposición a pagar más por alimentos de este tipo es baja (4,7 sobre 10).
Para la mayoría, este concepto se asocia con respeto a la biodiversidad y a los ecosistemas, generación de pocos residuos y alimentos ecológicos, poco procesados y de origen local. Los alimentos que más se vinculan con una dieta sostenible son las frutas, verduras y frutos secos.
Para que la dieta sea más sostenible, los españoles optan por reciclar envases y evitar el desperdicio alimentario (3 de cada diez afirma que nunca tira alimentos a la basura), para lo cual reaprovechan las sobras (refrigerar y/o congelar para más tarde), preparan recetas con los restos y planifican la compra y las comidas.

La entrada Los cambios recientes en los hábitos alimenticios de los hogares según su situación socioeconómica aparece primero en Diario de Gastronomía: Cocina, vino, gastronomía y recetas gourmet.